LA IMPORTANCIA DE LAS LETRAS

jueves, 11 de marzo de 2010

JUAN JACOBO ROUSSEAU

por Ma. Del Pilar Baqué Raquejo




“Vivir, he ahí el oficio que quiero enseñar a mi Emilio”



Nace en Ginebra, Suiza en 1712 y muere en 1778.


Pierde a su madre a los pocos días de nacido y a este respecto escribirá: “Yo costé la vida de mi madre, mi nacimiento fue la primera de mis desgracias”. Siendo muy niño, es abandonado por su padre y puesto en pupilaje en Bossey. Reinstalado en Ginebra desempeñará diferentes actividades.

En 1945 conoce a Teresa Levoasseur con quien procrea cinco hijos a quienes deja en el Hospicio de Niños Expósitos, sin siquiera conocerlos. Pese a haber prometido a Teresa Lebasseur nunca casarse con ella, lo hace casi al final de su vida en una ceremonia celebrada por él mismo, como ministro de la religión natural por él mismo fundada.

Rousseau es considerado como uno de los constructores de la educación y la conciencia moderna. Sostiene que en el hombre hay dos principios: uno que lo eleva, el hombre natural que es interior, irreflexivo, inocente y autárquico; y otro que lo esclaviza, el hombre social que es exterior, malvado, esclavizado por las convenciones socioculturales, frutos de la reflexión.

Por esto, considera que la mejor educación es la que el hombre recibe de la naturaleza. Dejar al niño en la sola dependencia de las cosas, ya que todos nuestros sentimientos, ideas y nuestra conducta comienzan con las sensaciones que nos producen los objetos.

Propone la educación negativa, no hacer nada, no intervenir.
La educación tradicional tenía dos propósitos contradictorios: formar al hombre y al ciudadano.
El ideal de la educación es formar a uno o a otro.
La formación del hombre debe preceder a toda otra formación particularizada.
Enfatiza la importancia del conocimiento de la naturaleza del niño para la educación y que la educación debe atenerse a dicho conocimiento y desarrollo.
Lo más importante es que el niño sea niño, que sea feliz.
Sostiene que el fundamento de la formación humanista es el sentimiento general, natural de piedad hacia todo el género humano.
Manifiesta también que el proceso educativo debe comprometer tanto al maestro como al alumno.

Movido por estas ideas y sentimientos, escribe El Emilio o de la educación, que es una obra muy importante y parte-aguas de la pedagogía contemporánea, y en la que están contenidas sus ideas sobre la educación.
El Emilio está dividido en 5 libros, de acuerdo con los períodos de desarrollo del niño:

Libro I. De 0 a 2 años. Orientado al desarrollo físico-sensorial. Antididactismo que recomienda dejar a la espontaneidad el desarrollo del lenguaje.

Libro II. De 2 a 12 años. Consolidación del desarrollo físico y agudeza de los sentidos. Hace hincapié en el principio de la educación negativa. El contacto con las cosas le hace aprovechar lo útil y descubrir todas las artes técnicas y todas las ciencias teóricas.

Libro III. La enseñanza intelectual: de 12 a 15 años. Se realiza siempre en forma intuitiva y autoactiva, leyendo sólo el gran libro de la naturaleza. El único libro permitido será Robinson Crusoe. No enseña la ciencia a su Emilio, el la descubre. Se inicia también la educación moral, naturalista y empírica.

Libro IV. Formalización de la educación moral de los 15 a los 18 años. Insiste en la consideración dualista del hombre. Se basará en el sentimiento amoroso que hace de Emilio un hombre bueno, sincero, generoso y sabio.

Libro V. A los 18 años, ya plenamente formado, debe pensar en el matrimonio. Aborda la educación de la mujer de forma muy negativa ya que dice que la única misión de la mujer es agradar y servir al hombre.

Podemos así concluir los siguientes principios pedagógicos del Emilio:
• Optimismo radical: el niño es bueno por naturaleza.
• Paidocentrismo: necesidad de conocer al niño y su desarrollo evolutivo para poder educarlo conforme a éste. Dejar que el niño disfrute su infancia, que sea feliz.
• Individualismo: cada sujeto tiene su propia naturaleza y exige una atención individual.
• Libertad del educando: deducido de la suficiencia de la naturaleza infantil.
• Vitalismo: “Vivir, he ahí el oficio que quiero enseñar a mi Emilio” • Activismo: la base del aprendizaje es el hacer. Un aprendizaje útil y práctico.
• Sustantividad de la infancia: el niño es un ser con reacciones específicas distintas a las del adulto.
• De las reacciones naturales: influjo inmediato de las cosas como base de la disciplina y de la educación moral.
• Elevación Ideológica: todos los hombres son iguales, la educación debe evitar el espíritu de partido o secta. • Graduación: la educación debe ser gradual, de acuerdo con el desarrollo del niño.

Bibiografía
Exégesis Pedagógica No. 1. Universidad Panamericana. Facultad de Pedagogía. Dr. Héctor Lerma

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